martes, 9 de agosto de 2011

Capitulo 8.

Capitulo 8.
De camino al centro Amelia nos empezó a contar que había echo este verano con Víctor, cada vez que decía algo Lorena me apretaba fuerte la mano, y yo le sonreía, no podía hacer nada más. Estaba contando cuando se besaron no se donde cuando Lorena al parecer estalló.
-Pero quieres callarte ya joder, no te das cuenta verdad?, no te das cuenta de que estoy enamorada de tu estúpido novio y tu sigue hablando de él- Lorena lloraba.
-Pero yo no lo sabía, si quieres puedo cortar con él- Decía Amelia, contad de no romper su amistad con Lorena.
-Si, claro ahora hazte la buenecita conmigo, déjame en paz vale?- Y se fue corriendo.
-Voy a hablar con ella-Dijo Carla, que se fue detrás de Lorena.
-Yo me voy, necesito pensar- Dice Amelia, genial ahora me dejan a mi sola. Me fui caminando hacía casa, un poco enfadada, ellas no tenían la culpa, pero Lorena debería haber actuado de otra manera. Me fui a casa, esta vez pensé en Marcos, la verdad que me veo capaz de enamorarme de él, pero olvidar a Hugo... Hugo, con solo recordar su nombre... se me cayó una lágrima, y otra, y otra. Me detuve, tenía los ojos empapados, lo veía todo borroso, me limpie las lagrima y seguí caminando. De repente todo oscureció, estaba el día tan soleado, y ¡oh, no! Esta lloviendo, genial. Seguí caminado pero esta vez más deprisa. Como puede llover en verano?
Por fin llegué, estaba delante de la puerta, iba a llamar al timbre para que abrieran, cuando alguien me llamó.
-Eh, Ariadna!- Me giré, y lo vi. Si, lo vi, al chico más guapo de todos, al de los ojos bonitos, el de la sonrisa prefecta, al que con solo una mirada y sonrisa me enamoró. Él que, aunque estemos enfadados, sigo estando locamente enamorada de él.
-Oh, esta vez no has venido con tu novia?
-No tengo ganas de discutir- Dijo Hugo, seguía lloviendo, y él también estaba empapado como yo.
-Y yo no tengo ganas de verte... pero hago un esfuerzo, que quieres?
-Que me perdones- dijo, no sabía si estaba llorando, o era porque llovía, pero su voz le temblaba, tenía mala cara, pero yo la tendría peor, seguro. Talvez lo que vaya a decir ahora me vaya a arrepentir el resto de mi vida, pero tengo que olvidarme de él. Y para olvidarme de él tengo que dejarle claro que no quiero verle más.
-No te das cuenta? Ya a pasado esto dos veces, y todo esto por que tienes novia y está celosa, no te voy a obligar que elijas entre ella o yo, ni que la dejes, porque yo ya e elegido- me temblaba la voz, tenia un nudo, pero necesitaba contarlo-necesitaba a un mejor amigo para desahogarme, para divertirme, pero ahora que tengo novio, no te necesito, además estás muy ocupado con tu novia. Ha sido un placer, en serio- Saqué las llaves de casa, no quería que me vieran empapada, eché un ultimo vistazo, él seguía ahí y cerré la puerta. Subí rápidamente a mí cuarto. Me quería morir, no podía de dejar de pensar en su cara mientras que se lo decía, cada vez era peor. Solo faltaban unas semanas para empezar el nuevo curso, antes tenía unas ganas inmensas de pasar a Bachiller, pero ahora lo único que necesito es a él, pero sé que eso es imposible. Sé que ya no puedo volver a atrás y que cuando me pregunte si le perdono salir corriendo a sus brazos, sé que ya no puedo llamarle a la hora que quiera para oír su voz, sé que iba a estar mucho tiempo mal.
Pasó una semana, y seguía metida en la cama, bajaba para comer y ducharme, y después volvía a la cama a llorar o a arrepentirme de todo. No podía creer que en tan poco tiempo haya cambiado las cosas tanto, tengo novio y ya no tengo mejor amigo... La semana que viene ya empezaban las clases, y tendría que verlo con su novia, todos los días. En ese momento estaba escuchando música, tenía una canción que me enseñó Hugo, cuando mi madre entró.
-Hija, abajo tienes visita, le digo que suba- Una pequeña esperanza creció en mí, de que fuese Hugo, pero para qué quería él venir, y me vino a la memoria una vez que me declaré a un chico llamado Raúl, pero yo no le gustaba, y hice lo mismo que ahora, ese mismo día vino Hugo a animarme, estuvimos, bueno, estuvo toda la tarde criticándole, diciendo que era un estúpido, feo... etc. Todos esos momentos que es posible que nunca vuelvan a suceder.
-Ya me ha contado Hugo lo que pasó, él esta como tú, e incluso peor- Era Marcos, estaba guapísimo, llevaba un pantalón largo, ya que seguía lloviendo, y un polo azul. Me levanté y le abrace muy, muy fuerte, también lo bese, le necesitaba hora más que nunca. Llevábamos un rato sentados, sin decir nada.
-¿Y dices que Hugo está peor que yo?- Tal vez que él estuviera peor que yo significaría que yo le importaba, Uff... cada vez me arrepiento más, tengo ganas de ir a su casa y decirle todo empezando por que lo siento y terminando por que no había día que pensará en un beso suyo..
-Mucho peor, está destrozado, por qué no vas a hablar con él?
-Porque necesito olvidarlo.
-No seas tonta, en serio, él lo está pasando mal...
-Yo también lo estoy pasando mal.
-Bueno, vale, pero piensalo- Me abrazó muy fuerte, ahora me sentía un poco mejor.

Riiiiiiiiing, suena el despertador, es hora de un nuevo día, un nuevo curso. Me puse mis pantalones de EE.UU., mi camiseta de tirantes blanca y mis converse negras, siempre me las pongo, me encantan. Desayuné, y me preparé para enfrentarme a un nuevo curso y sus problemas. Salí, hoy hacía un buen día, no como los anteriores, el instituto estaba muy cerca, por eso no llegué tarde, cuando llegué, fui a mi clase, dejé la mochila y salude a mis compañeros que hacía tiempo que no los veía, después fui a ver a Marcos, que estaba dos clases a la derecha, estaba en las misma que Hugo, cuando llegué al parecer todas las chicas le había parecido guapo el nuevo, porque estaban todas hablando con él. Se levantó y fui corriendo y le besé, que se mueran de envidia esas asquerosas, todo el mundo nos miraba, también Hugo. Me aparté de él y le dije.
-Con que el nuevo ya esta ligando no?- Bromeé.
-Estas celosa pequeña?
-Solo un poco-Reímos los dos, podía sentir los ojos de Hugo en mí- me voy que a sonado el timbre, adiós- Y le besé, eche una mirada a Hugo, me miró e intenté sonreírle pero no me salió nada. Las 3 primeras ahora fueron presentaciones de profesores, y si ya nos conocíamos nos hablaban de que esto no iba a ser lo mismo, había que tomárselo en serio, etc, etc. Por fin llegó el recreo, esperé a que salieran mis amigas y salimos juntas, nos sentamos en nuestro banco de siempre, estaba la lado de la fuente y enfrente jugaban los chicos, por cierto, yo pensaba que solo jugaban en primaria y cuando llegasen a las E.S.O se olvidarían pero siguen estando obsesionados con eso.
Buenos no estábamos todas, solo estaba con Lorena, mientras que Carla y Amelia estaban en otro sitio, Lorena no quería ver a Amelia, por eso nos turnábamos para estar con ellas. Vi entrar a Hugo a la cantina, me levanté, se lo dije a Lorena y fui para intentar hablar con él, como me dijo Marcos.
-Eh, Hugo, podemos hablar?- Le dije cogiendole del brazo.
-No, y suéltame-Dijo Hugo, sin ni siquiera me miró a la cara, detrás mía esta Marcos.
-Lo e intentado- Le dije, me abrazó y empecé a llorar.
El tiempo pasaba rápido, llevábamos ya dos meses en el instituto, estaba genial con Marcos, seguía sin hablar con Hugo, intenté hablar con él dos veces más pero no quiso, estaba mejor, comprendí que el tiempo haría su trabajo, Lorena también comprendió que Amelia no tenía la culpa de nada y se arreglaron. Faltaba poco para las vacaciones de Navidad.
 Riiiiiiiiing, otro nuevo día, hoy hacía bastante fría, y aproveché para ponerme mi abrigo favorito: hice lo mismo de siempre, me peiné, desayuné y me fui directa al instituto. Cuando llegué fui a ver a Marcos, busqué a Hugo con la mirada, no estaba.
-Oye Marcos y Hugo?- Marcos me apartó y me llevó a una esquina, parecía preocupado, por su cara me preocupé más- Marcos, que le pasa a Hugo?
-Claudia ha cortado con él, y está fatal- Después de decir esto salí por la puerta, iba a ver a Hugo, era una oportunidad.
-A donde vas?
-Voy a hablar con Hugo, aunque estemos peleados, sé que me necesita, adiós, te quiero- Y me fui, escuche un ‘’yo también te quiero’’ y sonreí, salí lo más rápido posible, antes de que sonara el timbre.

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